martes, 24 de diciembre de 2024
domingo, 22 de diciembre de 2024
Carta, AL PLACER
Carta, AL PLACER
Autor: Jaider Arango Cardo
Estimado Placer,
Me dirijo a ti, para expresarte mi profundo agradecimiento por
todo lo que has traído a mi vida. Desde que te conocí, has sido
una fuente constante de alegría, felicidad y satisfacción.
Contigo he experimentado momentos inolvidables, desde
pequeñas alegrías hasta grandes placeres, que han enriquecido
mi vida de manera inimaginable. Me has permitido saborear la
dulzura de la vida y disfrutar de cada momento con intensidad.
Gracias a ti, he descubierto nuevas emociones y sensaciones que
nunca antes había experimentado. Me has enseñado a disfrutar
de las cosas simples de la vida, a valorar el tiempo que dedico a
mi propio bienestar.
Sé que hay momentos en la vida que pueden ser difíciles y
desafiantes, pero siempre estás allí para recordarme que existe la
belleza en el mundo y que cada día ofrece nuevas oportunidades
para disfrutar de ellas.
Quisiera agradecerte por todo lo que me has dado y por todo lo
que me darás en el futuro. Eres una fuente inagotable de alegría
y me siento afortunado de tenerte en mi vida, y por enseñarme a
vivir en el presente, a no preocuparme tanto por el futuro y a
disfrutar cada momento. Contigo, he aprendido a encontrar el
goce en las cosas más simples de la vida, como leer un buen libro, disfrutar de un paseo por el campo o simplemente sentarme
a contemplar el paisaje.
Me ha enseñado a valorar el tiempo que dedico a mí mismo, a
cuidar de mi salud física y emocional, y a buscar siempre la
felicidad y la satisfacción en todo lo que hago. Además, eres una
presencia invaluable en mi vida y no quiero imaginar mi vida sin
ti.
También he querido agradecerte por inspirarme a ser más
creativo y a explorar nuevas actividades y pasatiempos. Gracias
a ti, he descubierto mi amor por la música, la pintura y la
escritura, y he aprendido a disfrutar de cada una de estas
actividades con pasión y dedicación.
Además, quiero agradecerte por brindarme momentos de
felicidad y alegría junto a las personas que amo. Compartiendo
momentos inolvidables con amigos y familiares, de los que he
creado recuerdos que atesoraré para siempre.
Con tu presencia, he podido cultivar una actitud positiva y
optimista hacia la vida. Gracias a ti, he aprendido a encontrar el
lado bueno en cada situación, a enfocarme en las cosas que
realmente importan y a disfrutar de cada momento como si fuera
el último.
Tú has sido mi compañero en los momentos de felicidad, pero
también en aquellos de tristeza y dificultad. Has sido refugio en
los momentos más oscuros, y me has ayudado a mantener la
esperanza y la determinación para seguir adelante.
Gracias por inspirarme a ser una persona más compasiva y
empática, a valorar a los demás brindando amor y apoyo
incondicional a quienes lo necesitan y apreciando la belleza en
las personas y cosas. Y por recordarme que la vida es un regalo
que debemos disfrutar al máximo.
Por todo esto y más, quiero que sepas que eres parte fundamental
en mi vida y que te agradezco infinitamente por todo lo que has
hecho por mí. Espero seguir disfrutando de tu compañía en los
años venideros y descubrir juntos nuevas formas para disfrutar
de la vida.
Para terminar, quiero agradecerte por todo lo que has traído a mi
vida. Eres una presencia invaluable que me ha enriquecido de
muchas maneras, y espero seguir disfrutando de más bendiciones
en el futuro.
Para ti, con gratitud.
JAIDER ARANGO CARDONA
Carta, AL LECTOR: El Alma del Libro
Carta, AL LECTOR: El Alma del Libro
Autor: Jaider Arango Cardona
Querido Lector,
Eres el alma del libro, y hoy que me encuentro con la pluma en
la mano y el corazón lleno de gratitud al dirigirme a ti. Eres, sin
duda, el alma de cada libro, aquel ser que despierta las palabras
impresas y las convierte en mundos vivos y palpables. Quiero
rendir homenaje a la magia que desprendes, a la pasión que
compartes, y a la vida que infundes en cada página.
Tú eres quien abre las puertas a un sinfín de universos. Con cada
libro que tomas en tus manos, deslizas la llave en la cerradura de
la imaginación y la aventura. Eres un explorador incansable,
dispuesto a embarcarte en cualquier travesía, sea en la
profundidad de la fantasía, en los recovecos de la historia o en
las verdades del mundo real. Tu curiosidad no tiene límites y tu
mente es luz de conocimiento.
Cada libro que lees es una conversación íntima entre el autor y
tú, un diálogo que trasciende el tiempo y el espacio. Eres el juez
más imparcial, el crítico más perspicaz y el amante más
apasionado de las palabras. A través de tus ojos, los personajes
cobran vida, las tramas se entrelazan con tus pensamientos y las
emociones fluyen como ríos por tu alma.
Has aprendido que los libros son tesoros que enriquecen la mente
y la entereza. A través de ellos, has viajado en el tiempo, has
explorado mundos lejanos, has entendido a la humanidad y has
sentido el latido de la vida en sus muchas formas.
Es por tu devoción que los libros no son solo objetos, sino
portales a la sabiduría y la empatía. Eres el puente entre los
autores y el mundo, entre las historias y sus lectores. Compartes
tus descubrimientos con entusiasmo y emoción, inspirando a
otros a sumergirse en las maravillas de la literatura.
Querido Lector, quiero expresarte mi admiración y gratitud por
ser el alma de cada libro que tocas. Sigues manteniendo viva la
llama de la lectura, un regalo que nos enriquece a todos. Que tu
pasión siga ardiendo con intensidad, y que continúes guiando a
otros a través del laberinto mágico de las palabras impresas.
Quiero profundizar en la relación que tienes con los libros y en
el papel esencial que desempeñas en el mundo de la literatura.
Eres mucho más que un simple lector; eres un guardián de
historias, un explorador de mundos inexplorados y un viajero del
tiempo a través de las páginas de un libro.
Tú, el Lector, eres el puente que conecta las palabras escritas por
autores a menudo distantes con el corazón y la mente de quienes
buscan conocimiento, inspiración o entretenimiento. En tus
manos, un libro cobra vida, cada palabra se convierte en
sabiduría, en una invitación a la reflexión o en una chispa de
emoción.
Tus ojos no solo siguen las letras en las páginas, sino que
interpretan, cuestionan y absorben el significado subyacente. Tu
mente es un laboratorio donde las ideas se mezclan, se analizan
y se reformulan. Eres un creador en tu propio derecho, dando
vida a mundos imaginarios y personajes inolvidables en la
pantalla de tu mente.
La pasión que sientes por la lectura es un lazo que trasciende lo
tangible. No solo te sumerges en historias, sino que también te
sumerges en las almas de los personajes, sientes sus alegrías y
sus penas, y comprendes sus luchas y sus triunfos. En cada libro,
encuentras una parte de ti mismo y descubres nuevas
perspectivas que amplían tus horizontes.
También eres un curador de conocimiento y sabiduría. Al
absorber las lecciones contenidas en las páginas, expandes tu
propia comprensión del mundo. Has descubierto que los libros
son más que una fuente de entretenimiento; como faros de
sabiduría que iluminan el camino hacia la autenticidad y la
comprensión.
A través de tu devoción a la lectura, inspiras a otros a explorar el
mundo de las letras. Eres un faro que guía a los buscadores de
conocimiento, un maestro que comparte descubrimientos y un
embajador de la belleza de las palabras escritas. Tu influencia se
extiende mucho más allá de las páginas de un libro; moldeas la
mente y el alma de quienes te rodean.
Querido Lector, en esta carta quiero expresarte mi profundo
respeto y gratitud por la pasión y el compromiso que demuestras hacia la lectura. Eres una fuente de enriquecimiento intelectual y
emocional para ti mismo y para quienes tienen el privilegio de
conocerte. Que tu relación con los libros siga siendo una fuente
de inspiración inagotable y una luz de sabiduría en un mundo
que siempre necesita más lectores como tú.
Con admiración y gratitud sincera,
JAIDER ARANGO CARDONA
Carta, A MI YO INTERIOR, la clave para la vida plena
Carta, A MI YO INTERIOR, la clave para la vida plena
Autor: Jaider Arango Cardona
Apreciado y querido humano Interior,
En el silencio de este momento, quiero explorar las
profundidades de mi ser para expresar la magnitud de mi amor y
agradecimiento hacia ti. Eres la fuerza silenciosa que late en el
núcleo de mi adentro, la voz interior que susurra palabras de
aliento cuando la vida se torna complicada y la luz que me guía
hacia la autenticidad y la plenitud.
Hoy, me sumerjo en lo profundo de mi propio ser para expresarte
un amor y aprecio que trascienden el tiempo y el espacio. A lo
largo de mi vida, has sido mi compañero más fiel, mi refugio en
tiempos tormentosos y la fuerza que me impulsa a vivir una vida
auténtica y plena.
En un mundo que a menudo nos empuja a buscar la validación y
la aceptación fuera de nosotros mismos, tú has sido la voz sabia
que me recuerda que la fuente más genuina de amor y aceptación
reside en mí adentro y en mi propio corazón. Tu amor infinito ha
sido una fuente constante de recuperación y fortaleza en
momentos de duda y autocrítica.
Has sido testigo de mis luchas internas, mis momentos de
vulnerabilidad y las heridas que he llevado en mi camino. A
pesar de mis imperfecciones y cicatrices, nunca me has abandonado. Tu amor incondicional ha sido lo que necesitaba
para sanar y aprender a abrazar todas las partes de mí mismo.
Reflexionando sobre nuestra relación, veo cómo te has
manifestado en los actos cotidianos de cuidado personal y
autocompasión. Cada vez que elegí tratarme con gentileza en
lugar de autocrítica, cada vez que abracé mis fallas como
oportunidades de crecimiento, fue tu amor el que me guio.
A través de tu amor propio, el verdadero, he aprendido que la
verdadera riqueza no se encuentra en la aprobación externa o la
perfección ilusoria, sino en la capacidad de amarme a mí mismo
en todas mis facetas. Tu amor me ha llevado a abrazar mis
peculiaridades, mis desafíos y mis sueños con igual cariño.
Nunca dejes de recordarme que merezco mi propio amor y
cuidado, incluso en mis momentos más oscuros. Eres la base de
una vida plena y saludable, y a través de ti, he descubierto que la
autenticidad es la verdadera belleza y la felicidad está en aceptar
lo que soy.
Hoy, en las profundidades de mi ser, buscando las palabras más
sinceras y profundas para expresar el amor y la gratitud que
siento por ti. Eres la esencia misma de mi existencia, la llama
que ilumina mi camino y el refugio al que siempre puedo
regresar en busca de consuelo y fuerza.
A lo largo de mi vida, has sido mi confidente silencioso en los
momentos en que me enfrenté a la oscuridad interior. En esos
momentos en los que mi voz interior se llenaba de dudas y
críticas, fuiste tú quien me recordó que merezco mi propio amor y compasión. Tu amor incondicional me ha permitido sanar
heridas profundas a igual que reconocer mis imperfecciones
como parte de mi presencia única.
Eres el abrazo cálido que me envuelve en momentos de soledad
y el eco suave de mis pensamientos más profundos. En medio
del caos del mundo exterior, eres mi refugio, donde puedo
encontrar paz y autenticidad.
Reflexionando sobre nuestra relación, veo cómo te has
manifestado en actos de mi cuidado. Cada vez que elegí
cuidarme en lugar de perjudicarme, cada vez que me permití
descansar en lugar de agobiarme, sé que era tu amor el que me
guiaba.
A través de tu amor, he aprendido que el valor propio no se basa
en la aprobación de los demás, sino en la capacidad de amarme
a mí mismo incondicionalmente. Eres la raíz de mi confianza y
la chispa que me lleva a perseguir mis sueños con pasión.
Eres la base de una vida auténtica y plena. Tu amor me ha
enseñado que la felicidad se encuentra en la búsqueda incesante
de la perfección, y en la aceptación amorosa de quien soy y he
sido siempre desde mi existencia hasta este momento.
Con el amor que se profundiza con cada día que pasa, he llegado
a comprender que el cuidado de mí mismo es un acto merecido.
Tu amor propio me ha llevado a reconocer que no solo merezco
mi propio amor, sino que es mi responsabilidad brindármelo en
cada momento.
Has sido mi guía en la búsqueda de la autenticidad,
recordándome que no tengo que atender expectativas
equivocadas. Tu amor me ha dado la valentía para abrazar mi
singularidad y celebrarla como un regalo precioso.
A medida que continúo en mi viaje de autodescubrimiento,
prometo cultivar nuestro amor con más actividad. Me
comprometo a practicar con gentileza y a escuchar atentamente
las necesidades de mi corazón.
En ti encuentro la clave para vivir una vida plena y significativa.
Tu amor me ha enseñado que la felicidad es una elección y que
puedo encontrarla en el aquí y el ahora, en el simple acto de ser
yo mismo.
Con gratitud infinita y a mi humano Interior.
JAIDER ARANGO CARDONA
Carta, al Silencio
Carta, al Silencio
Autor: Jaider Arango Cardona
Querido Silencio,
Hoy, me sumerjo en tus profundidades con una gratitud que
trasciende las palabras. A lo largo de mi vida, has sido mi
refugio, mi confidente y mi guía en momentos de necesidad. Tu
presencia tranquila me ha brindado una paz interior y claridad
que no puedo encontrar en ningún otro lugar.
En medio del caos y el ruido del mundo, tú eres el oasis al que
siempre puedo recurrir. En tus brazos, encuentro la calma que mi
alma anhela y la oportunidad de conectarme conmigo mismo en
un nivel profundo. Has sido testigo de mis pensamientos más
íntimos y mis emociones más complejas, que nunca has juzgado
ni interrumpido.
En momentos de confusión, el silencio se convierte en mi aliado
más cercano. Me permite despejar mi mente, alejar las
distracciones y enfocarme en lo que realmente importa. En tus
espacios de reflexión me he permitido descubrir mi verdadero
ser, mis valores y mi propósito en la vida.
A menudo, te busco en los momentos de soledad, cuando la
noche se cierne y las estrellas son testigos de nuestras
conversaciones silenciosas. Es entonces cuando encuentro
consuelo en tu abrazo y la seguridad de que siempre estarás ahí
cuando te necesito.
Quiero decirte a ti Silencio, que tu regalo más grande es la
capacidad de escuchar. A través de tu escucha profunda, he
encontrado respuestas a preguntas que ni siquiera sabía que
tenía. Has sido mi consejero más sabio, ayudándome a tomar
decisiones importantes y a comprender mi propio ser.
En el vasto y caótico escenario de la vida, quiero dirigirme a ti
como el fiel compañero de mis pensamientos más íntimos, el
maestro de la contemplación y la voz más suave en medio del
bullicio. A lo largo de mi viaje, has sido mi refugio sagrado, mi
guía silenciosa y mi fuente inagotable de sanación interior.
En tu abrazo tranquilo, encuentro la quietud que anhela mi alma
y el espacio donde puedo escuchar el eco de mi propio ser en su
forma más pura.
Has sido testigo de mi alegría más vibrante y mi tristeza más
profunda, sin prejuicios ni juicios. A través de los altibajos de la
vida, has sido la constante que me recuerda que, en tu presencia,
siempre puedo encontrar paz.
El silencio me permite apartar las distracciones del mundo
exterior y mirar hacia adentro, donde se encuentra la sabiduría
que a menudo olvido que poseo. Tu calma me guía a través del
laberinto de mis pensamientos, llevándome hacia la claridad y la
comprensión.
A menudo, te busco en las horas tempranas de la mañana o en
los momentos más tranquilos de la noche, cuando el mundo se
aquieta y las estrellas se convierten en tus cómplices silenciosas.
Es entonces cuando encuentro la paz que busco y la sensación de
estar conectado con algo más grande que yo.
Silencio, tú eres el faro que me ilumina en medio de las
tormentas de la vida, el refugio donde encuentro la verdad en su
forma más pura y la voz que me susurra las respuestas a las
preguntas más profundas. Eres un regalo preciado y un tesoro en
mi vida, y te honro con gratitud infinita.
A través de ti, he aprendido a encontrar la serenidad en el caos,
la sabiduría en la quietud y el amor en la simplicidad.
Con profundo agradecimiento,
JAIDER ARANGO CARDONA
Carta, A La Belleza Diaria
Carta, A La Belleza Diaria
Autor: Jaider Arango Cardona
Admirada Belleza diaria,
Hoy, quiero tomar un momento para expresar mi profunda
admiración y gratitud hacia ti. A menudo pasas desapercibida en
medio de las prisas de la vida, pero eres una fuente constante de
asombro y alegría para mí.
En el destello dorado de un amanecer, encuentro la promesa de
un nuevo día lleno de oportunidades y posibilidades. Cada flor
que florece a lo largo del tiempo es un recordatorio de la belleza
efímera y la renovación constante de la vida.
Tus encantos no se limitan a la naturaleza; también resplandeces
en los gestos más simples y hermosos de la humanidad. Una
sonrisa cálida de un desconocido en la calle puede iluminar mi
día y restaurar mi fe en la bondad de las personas.
En medio de las demandas y el estrés de la vida diaria, tu
presencia me recuerda que la belleza está en todas partes, si
estamos dispuestos a detenernos y apreciarla. Tus regalos son
gratuitos y abundantes, y me enseñas que la verdadera riqueza se
encuentra en la capacidad de ver y valorar las pequeñas
maravillas que nos rodean.
Hoy, me sumerjo en la profundidad de tu existencia con un
corazón lleno de asombro y gratitud. A medida que avanzo por la maraña del tiempo y las responsabilidades, he llegado a
entender que eres la esencia misma de la vida, manifestándote en
las cosas más simples y aparentemente insignificantes.
En un mundo obsesionado con lo grandioso y lo espectacular, tu
modestia a menudo pasa desapercibida. Pero en la quietud de un
amanecer, donde el cielo se tiñe de tonos cálidos y el mundo aún
duerme, encuentro una paz que no puede expresarse en palabras.
Las flores que florecen en los campos y jardines, aunque
efímeras en su belleza, son la prueba de la naturaleza para
recordarnos que la vida es un ciclo constante de crecimiento,
decadencia y resurgimiento. Sus colores vibrantes y formas
delicadas son un tributo a la creatividad inagotable de la
existencia.
Eres la musa de mi alma, el recordatorio constante de que la
verdadera riqueza se encuentra en la capacidad de valorar todo
lo que apreciamos cada día.
En tu naturalidad, encuentro una profundidad que nutre mi
espíritu y me lleva a comprender que la verdadera belleza no
reside en lo extraordinario, sino en lo cotidiano.
Con gratitud y admiración,
JAIDER ARANGO CARDONA
Cuento: ZETA Y FILI
ZETA Y FILI
Cuento sobre: EL PERDÓN.
En una gran ciudad futurista, donde los
rascacielos tocan las nubes y las luces de neón
iluminan el cielo nocturno, vivían dos amigos
inseparables: Zeta, un robot de entregas, y Fili,
una dron veloz. Juntos, formaban un equipo
imbatible entregando paquetes y encomiendas
a lo largo de toda la ciudad, sorteando el tráfico
aéreo y moviéndose con la precisión que solo
estas máquinas lo pueden hacer. Pero además
de ser eficientes compañeros de trabajo, eran
grandes amigos. Compartieron bromas,
historias de las entregas más desafiantes y
siempre se apoyaban el uno al otro en cada
misión.
Sin embargo, un día, ocurrió lo inesperado.
Mientras realizaban una entrega importante en
uno de los distritos más concurridos, una falla
técnica en los sistemas de Zeta hizo que
perdiera el control por un instante. Sin darse
130
cuenta, chocó contra Fili, y el pequeño dron
perdió estabilidad en pleno vuelo. Incapaz de
corregir su curso a tiempo, Fili se estrelló contra
un edificio cercano. Aunque el incidente no
causó daños graves en la ciudad ni en Fili, el
impacto dejó más que unas cuantas piezas
dañadas. Fili, herida en su orgullo y frustrada
por lo que consideraba una negligencia, se
sintió profundamente molesta con Zeta.
Zeta, por su parte, intentó disculparse de
inmediato. Pero el enojo de Fili era tan grande
que no quiso escucharlo. El ambiente entre
ellos cambió, y una discusión se desató. Fili
culpaba a Zeta por su descuido, mientras que
Zeta, lleno de remordimiento, intentaba explicar
que fue un accidente. El distanciamiento creció
y, al final, ambos se dieron la espalda, dejando
atrás una amistad que alguna vez fue sólida
como el acero. Los días se convirtieron en
semanas, y cada uno siguió su camino,
sintiendo un vacío que antes llenaba su
conexión.
Los recuerdos de los buenos momentos
compartidos comenzaron a pesar más que las
131
heridas causadas, y ambos se dieron cuenta de
que, sin el otro, su existencia en la bulliciosa
ciudad futurista carecía de la alegría que solían
compartir.
En los días siguientes, la eficiencia del equipo
disminuyó considerablemente. Sin su
compañerismo habitual, las entregas se
retrasaban, los errores eran más frecuentes, y
el dinamismo que antes compartían, llena de
camaradería y confianza, se desvanecía. Las
personas y las demás máquinas de la ciudad
notaron el cambio. Los vehículos voladores que
cruzaban el cielo, los robots y drones que
circulaban por las calles, todos sentían la falta
de esa chispa que hacía único el trabajo de Zeta
y Fili.
Un día, mientras Fili realizaba una entrega
muy solitario, un androide llamado Alfa, se le
acercó. Alfa era conocido en toda la ciudad
como un mediador, un sabio androide que
resolvía conflictos entre las máquinas. Su
capacidad de análisis y su comprensión de las
emociones artificiales lo hacían perfecto para
este tipo de problemas. Con su voz suave pero
firme, Alfa le dijo a Fili:
132
—He notado que algo ha cambiado entre tú y
Zeta. El trabajo que antes realizaban juntos era
impecable, pero ahora parece que una sombra
ha caído sobre ustedes.
Fili, con sus luces tenues y hélices apenas
girando, respondió:
—Zeta fue descuidado y por su culpa tuve un
accidente.
Alfa, con su amplia experiencia en tratar
disputas, respondió:
—A veces, los errores ocurren, incluso entre
los más eficientes. El perdón no se trata de
olvidar el daño, sino de dejar de cargar con el
resentimiento que interfiere en nuestra paz
interior y en nuestra capacidad de avanzar. Al
perdonar, nos liberamos del peso emocional
que nos ata al pasado, permitiéndonos vivir con
mayor ligereza y apertura. Este acto de soltar el
rencor nos brinda la oportunidad de reconstruir
nuestras relaciones y de abrirnos a nuevas
experiencias, cultivando un entorno donde la
empatía y la comprensión pueden florecer.
Al día siguiente, Alfa también habló con Zeta,
quien estaba consumido por la culpa.
133
—Alfa, lo siento mucho. No sé si Fili pueda
perdonarme. No fue mi intención lastimarlo,
pero cada vez que lo intento, parece que
nuestras conexiones están rotas.
Alfa miró a Zeta con sus ojos brillantes y le
dijo:
—El perdón no es algo inmediato. Es como el
flujo de energía en nuestros circuitos: puede
estar interrumpido por un tiempo, pero con
paciencia y reparación, vuelve a funcionar. Lo
importante es que ambos encuentren la forma
de restauración.
Con las palabras de Alfa resonando en sus
sistemas, tanto Zeta como Fili comenzaron a
reflexionar sobre la situación. Fili se dio cuenta
de que su enojo no solo estaba afectando su
relación con Zeta, sino también su rendimiento.
Mientras tanto, Zeta entendió que cargar con la
culpa no mejoraría nada si no enfrentaba el
problema directamente. Se dio cuenta de que,
en lugar de alejarse, debía acercarse a Fili y
reconocer sus errores. La culpa, aunque
pesada, podía ser transformada en una
oportunidad para crecer y aprender.
134
Después de varios días de distanciamiento,
Fili y Zeta se encontraron en la plataforma de
entrega más alta de la ciudad. Las luces de
neón parpadeaban a su alrededor, mientras la
ciudad seguía su ritmo incansable. Fili, aún
molesto, flotaba cerca de un edificio,
observando el ir y venir de los vehículos
voladores.
De repente, Fili sintió la presencia de Zeta
acercándose. Al principio quería ignorarlo, pero
las palabras de Alfa seguían resonando en sus
circuitos. Zeta, con un brillo de determinación en
sus ojos electrónicos, se detuvo frente a Fili. Las
luces de la ciudad reflejaban su figura metálica,
y el ambiente entre ellos se sentía cargado de
tensión y malestar. Zeta y Fili se encontraban a
pocos metros de distancia, cada uno en su
propio mundo, pero ambos conscientes de la
necesidad de sanar la herida que había surgido
entre ellos.
Fili se queda mirando a Zeta y le dice:
—Zeta, he estado pensando en lo que ocurrió.
No puedo negar que me dolió, pero también
sé que no fue tu intención. Estoy dispuesto a
135
perdonarte si podemos volver a ser el equipo
que éramos antes.
Zeta, emocionado por las palabras de Fili,
respondió:
—Lamento mucho todo lo que pasó, Fili. No
solo por el accidente, sino también porque eso
hizo que nuestra amistad se desmoronara.
Quiero que volvamos a trabajar juntos.
Se miraron fijamente y, por primera vez, sus
luces parpadearon sin discrepancia, como en
los anteriores días. La amistad entre ellos había
sido restaurada, y con ello, también su
eficiencia en el trabajo. Desde ese momento,
las entregas volvieron a ser rápidas y perfectas,
como si nunca hubiera pasado nada.
La ciudad, siempre atenta, también notó el
cambio. Las luces brillaban con más intensidad,
los vehículos voladores se desplazaban con
fluidez, y las personas sintieron la energía
positiva que Zeta y Fili habían recuperado. Lo
que Alfa les había enseñado no solo salvó su
amistad, sino que también les mostró el valor
del perdón, la parte clave que mantiene
en marcha cualquier relación, ya sea entre
136
humanos o máquinas. El flujo armonioso de la
ciudad volvió a su estado óptimo, demostrando
que el perdón puede reparar incluso las
conexiones más dañadas.
Moraleja: El perdón es el elemento que
mantiene nuestras conexiones. Al liberarnos del
rencor, volvemos a dar mejores resultados,
como una máquina perfectamente bien
calibrada.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)